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13 de Agosto de 2023

La EATA y la Universidad de Minnesota tejiendo puentes a través del Programa MAST International

La EATA y la Universidad de Minnesota tejiendo puentes a través del Programa MAST International

El Programa MAST International de la Universidad de Minnesota es una iniciativa para estudiantes y graduados de carreras relacionadas con el agro de distintas partes del mundo, para trabajar en campos en Estados Unidos.

Este programa recibe estudiantes que quieran hacer una experiencia de trabajo en el exterior, instalándose en campos de productores de distintas zonas Estados Unidos, y de diversos rubros (campos agrícolas, horticultura, viñedos, etc.). La EATA, como institución aliada, brinda apoyo y ayuda a gestionar sus aplicaciones, a los egresados de la escuela que quieran participar del mismo.

En el mes de abril Lucas y Santiago Hollender, egresados en los años 2018 y 2020 respectivamente, nos visitaron en la escuela y nos contaron sobre las expectativas que tenían en sus días previos a partir hacia Minneapolis, donde estarían trabajando en un campo agrícola durante ocho meses en el marco de MAST International.

Volvimos a conversar con ellos para que, a cuatro meses de haber comenzado el Programa, nos cuenten más en detalle sobre esta valiosa experiencia.

Cuéntennos específicamente en qué lugar se encuentra trabajando cada uno.

Lucas: Yo estoy en Balaton, ubicado en la parte Sur del estado de Minnesota, y dentro de lo que se conoce como “Cinturón Maicero” o “Corn Belt”. Estoy trabajando en un campo de producción mixta, agrícola ganadera. La mayoría de los estudiantes se alojan de a dos pero yo estoy solo.

Santiago: Yo estoy trabajando en un campo en las afueras de Minneapolis, capital del Estado de Minnesota. Es un campo que está ubicado en Eden Praire, que es lo que se llama los suburbios de Minneapolis, y es una de las pocas granjas que queda acá en la zona. El resto ya se han ido desplazando más hacia el oeste, porque la ciudad fue creciendo. Es una explotación un poco más diversa que la que está Lucas, y a diferencia de él yo vivo con dos chicos más, uno de Brasil y uno de Georgia.

¿Cuáles son las características de cada lugar?

Lucas: En el campo donde estoy yo se cultivan casi exclusivamente maíz y soja. Acá el ambiente permite producir maíz y soja de muy buen rendimiento, y la rotación consta en alternar ambos cultivos un año cada uno. Al haber nieve en invierno la mayoría de los productores se ven limitados a hacer solo un cultivo en el año, en lo que se llama la temporada cálida, que va desde que se derrite la nieve y se calienta el suelo, en el mes de abril, hasta las primeras nevadas en noviembre.

Esta es una notable diferencia con respecto a Argentina, donde en gran parte del país se pueden hacer dos cultivos por año.

En cuanto a la producción animal, a diferencia de los cultivos, la misma sí se trabaja todo el año, siempre bajo cubiertos, siendo la principal producción animal de la zona la ganadería bovina. Hay mucho feed-lot, y mucha actividad de tambo.

En el campo donde yo estoy se hace también, como una excepción, producción ovina. Esta experiencia la incorporó quien es acá mi jefe, un hombre de origen neozelandés que en su juventud realizó la experiencia MAST en este mismo campo, y se terminó quedando a vivir en Estados Unidos, y hace ya 25 años que trabaja en este mismo establecimiento. Él fue quien trajo su experiencia de producción ovina desde Nueva Zelanda, siendo esto una excepción en la zona. Esto es lo que genera de interesante este tipo de intercambios.

Además de la simpleza en rotaciones, y las condiciones climáticas favorables para producir, acá hay mucho financiamiento para el campo de parte del Estado. Los campos son bastante chicos en superficie, la mayoría de los productores poseen entre 400 a 600 hectáreas, y los lotes nunca son muy grandes. No más de 30 hectáreas. Lo que ocurre es que hay mucho sistema de canales “drenes” para sacar el exceso de agua que se produce al derretirse la nieve, esto hace que los lotes queden limitados en superficie. Y todo esto permite aplicar tecnología de manera mucho más intensiva en la agronomía, me refiero a tecnología de punta como agricultura de precisión, mapeos satelitales, análisis de suelo mucho más detallados, elección de distintas variedades para cada ambiente, tecnología de almacenamiento y demás. Realmente muy bueno.

Santiago: Bueno como les comentaba al principio, donde yo estoy es una explotación más diversa, ya que no solo se siembra lo convencional que es maíz y soja, sino que también se hace plantación de calabazas, de cáñamo, que es un cannabis para uso medicinal. Además está lo que se llama “greenhouse”, que son huertas que básicamente son para uso doméstico, pero después en otoño lo que va sobrando se vende en un festival que esta familia hace todos los otoños. Es una experiencia diferente, hay un laberinto de maíz, que es la atracción más importante, y después un par de atracciones más con calabazas, con maíz, con todos los productos que se trabajan acá. Se vende también el maíz dulce, lo que se llama el “sweet corn”.

¿Y qué actividades realizan?

Lucas: Mis primeros trabajos cuando llegué fueron en el taller, arreglando y poniendo todo a punto para la siembra. Este año hubo nevadas más tardías, y hubo que esperar a que todo se derrita y se caliente el suelo para sembrar. Hicimos todas las pasadas de fumigador con herbicidas y labranza en algunos lotes, luego la siembra. Acá no se practica la siembra directa, siempre se labran los lotes antes de la siembra o en postcosecha.

En cuanto a la ganadería, acá tienen pasturas de alfalfa y de raigras, que no se comen a pastoreo, sino que se cortan y se arman reservas para llevar a los animales que están en galpones, y todas estas labores también las realizo yo. Acá tienen una alfalfa que se puede cortar hasta cuatro veces en un año.

Santiago: Nosotros ayudamos en la siembra, en la preparación del suelo, de todo lo que es la explotación agropecuaria. También realizamos trabajos de taller, y particularmente en estos días nos estamos concentrando en el festival que les conté.

Algo que me llama mucho la atención es la cantidad de herramientas y máquinas que tienen, la disponibilidad que tienen, digamos, de todo. Cuando se necesita algo, lo tienen. Pero también por ejemplo en cuanto al manejo y a la tecnología de semillas no está tan alejado de nuestra realidad en Argentina, quizás sí en maquinarias. Y tal como mencionó Lucas, tienen mucho apoyo del Estado.

¿Qué nos pueden contar más a nivel personal de esta experiencia?

Lucas: La verdad que es una experiencia espectacular. Yo vivo en una casa que está muy cerca del campo, y me siento muy a gusto con el trabajo y con la gente que conocí y sigo conociendo. Son todos muy respetuosos y amables, y se nota que tienen muchas ganas de enseñar y transmitir lo que saben, que no solamente se limita al tema del campo. Este es un programa de la Universidad de Minnesota que vincula a chicos de todo el mundo, con distintos campos y sectores a lo largo de todo Estados Unidos que necesitan mano de obra, pero que además estén dispuestos a hacer un intercambio cultural y llevar esta experiencia más allá de lo estrictamente laboral.

En este sentido la familia dueña del establecimiento donde yo estoy viviendo y trabajando me incorpora en todas sus actividades, me invitan a participar de eventos de todo tipo, deportivos, musicales, cenas, viajes, entre muchas más.

Algo que quiero destacar es el compromiso con el trabajo que tienen, y como la planificación y el no dejar nada librado al azar es parte de la cultura del trabajo de la sociedad americana. Uno aprende mucho de eso también.

Santiago: La experiencia está muy buena, trabajamos bastante, 8 hs. por día, y ahora en época de festival a veces estamos más ocupados, pero también tenemos nuestros momentos libres para poder viajar y disfrutar. Hemos ido a Dakota del norte y del sur. La gente que nos hospeda es muy amable y están muy presentes en todo lo que necesitamos.

Para ir finalizando, ¿Qué balance hacen hasta el momento de esta experiencia?

Lucas: En lo personal recomiendo muchísimo esta experiencia, se aprende mucho inglés, que eso es algo que no dije antes, desde el primer día se nota como te cambia la cabeza, el chip, porque no tenes una escapatoria al español nunca.

Cada vez que tengas que hacerte entender o cuando te tienen que explicar algo, siempre es en inglés, y la cabeza pega un giro y empezas a pensar directamente en inglés, y eso es algo muy positivo.

En cuanto a la experiencia laboral, tengo que destacar que es de mucho aprendizaje técnico y práctico, más que teórico. Aplico muchas de las cosas que estoy estudiando en la carrera de Agronomía en la Universidad en Argentina, muchas cosas de las que estuve estudiando que nunca las vi a campo las estoy aplicando ahora. Lo mismo con muchas de las cosas que aprendí en la EATA, acá uno las termina aplicando.

Otra cosa que me parece interesante comentar es que este programa contempla una retribución económica, ya que se trata de pasantías pagas, y si bien no es el principal objetivo, es algo que no quería dejar de mencionar.

Y algo importante que quiero destacar para cerrar, es que este es un programa de trabajo donde uno viene a aprender, y justamente por eso, si uno comete algún error todo está contemplado y es parte de la práctica y del proceso de aprendizaje.

Santiago: Nos quedan cuatro meses por delante, volvemos en diciembre a Argentina, y seguimos con mucha expectativa porque aún nos quedan muchas cosas por aprender.

Para más información sobre el programa visitar la página https://mast.cfans.umn.edu/


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